Danubio 1 - Rampla 2: Misión imposible, cumplida

 

Para Rampla era una final y nuestros jugadores la jugaron como tal. Con alto voltaje, nerviosismo, impresiciones, pierna fuerte y una importante carga de ansiedad. Para Danubio, era una práctica de fútbol. Y esto no desmerece el rendimiento de los franjeados, porque un equipo suelto, tranquilo y de buena técnica, puede ser un rival muy complicado, y en este caso Danubio lo fue.
Los picapiedras salieron con Paul Dzeruvs por Martín Icart como única variante en el equipo titular, respecto al encuentro anterior ante Central Español, y el juvenil delantero fue la principal carta ofensiva de los rojiverdes. Encarando y buscando el desborde para meter un centro envenado o generar una falta, Paul marcaba el único camino por el que podía llegar el gol picapiedra. Asi fue que tras una falta sobre Dzeruvs, Richard Nuñez ejecutó con maestría el centro al primer palo que Bruno Barreto peinó y que Javier Benia terminó de empujar a la red entre el entrevero de piernas.

Primer tiempo con todo a favor

El gol del “Coco” a los 23 minutos le dio tranquilidad al equipo, y sumado a los tantos de Cerro Largo en Melo y de Nacional en el Parque Central, le dio paz a la tribuna picapiedra.
Danubio reaccionó con Alvaro Recoba como abanderado, metiendo pases milimétricos y buscando hacerse el hueco para rematar al arco. Tuvo una sola oportunidad de patear directo y Lucero Álvarez se quedó con la pelota. El arquero picapiedra transmitió seguridad toda la tarde, quedándose con otros tiros complicados y alejando con la vista alguno que pasó cerca de los palos.
Del lado de Rampla, lo tuvo Guevara de cabeza tras gran centro de Dzeruvs, pero el arquero Goicoechea la sacó al córner. También Nuñez buscó de media distancia con un tiro de volea apenas desviado.
El primer tiempo terminaría con Rampla ganando 1-0 y con los resultados parciales en las otras canchas, incluso perdiendo se estaba salvando.

Segundo tiempo con la oreja parada

En el complemento Danubio salió con una actitud más audaz, más combativa al campo de juego. En su cancha y ante su gente, estaba sufriendo la sexta derrota consecutiva. El recién ingresado Diego Perrone se movía entre los zagueros picapiedras esperando un pase medido de Recoba. La más clara fue desborde y tiro cruzado que Perrone no pudo conectar con su pie entrando por el segundo poste.
Rampla se replegaba, quizás en exceso, dejando mucho espacio para los danubianos en las inmediaciones del área, ofreciendo el tiro de media distancia como buena alternativa.
Por otra parte, esto generaba espacios para el contragolpe, aprovechando la velocidad de Dzeruvs. A los 19´ recibió un patadón de Julio Ferrón, cuando se iba solo hacia el arco, provocando la tarjeta roja para el franjeado.
La buena noticia de quedar en superioridad numérica no pareció tal cuando 5 minutos después de la expulsión, Danubio concretara con 10 lo que no había podido hacer con 11, empatar el partido. Tras un córner al primer palo, Matías Guzmán tomó el rebote en la medialuna y sacó un remate inatajable para Lucero Alvarez. Con el 1 a 1 Rampla ya no dependía de sí mismo. De todos modos, en ese momento se salvaba igual.

(Richard Nuñez jugó un partidazo y fue fundamental en la recta final del partido)

Permanencia asegurada y Copa a la mano

En el momento más indicado, cuando más se lo necesitaba, apareció toda la categoría de Richard Nuñez para que Rampla se llevara la victoria. Primero hizo la asistencia perfecta para el 2 a 1. A los 30´ del complemento, recibió el cambio de frente de Perujo y de primera, puso de cara al gol a Guevara. El argentino, goleador del equipo, rompió su mala racha de los últimos partidos y con su vendada cabeza dejó a Rampla otra vez arriba.
Luego Nuñez se mandó una apilada fenomenal, sacándose varios jugadores de encima, pero obligado a definir con el perfil derecho se perdió el gol mano a mano con el arquero. También tuvo un remate desde la medialuna que pasó a milímetros del palo. Pero además fue importante aguantando la pelota, tocando corto y haciendo correr los minutos.
Los últimos 10 fueron mirando a Rampla aguantar la victoria y esperando el final en las otras canchas. El 3-1 de Santiago García para Nacional parecía mucho para Cerrito, por lo que incluso con el empate los picapiedras mantenían la categoría. Mientras tanto, en el Prado, Wanderers le empataba 2-2 a River y si hacía un gol más, Rampla entraba a la Copa Sudamericana. Al final nada cambió, solo el agónico triunfo de Tacuarembó que terminó condenando a Cerrito.

Sin ayuda de nadie

Ya habrá tiempo para el análisis, de momento solo resta agradecerle a Cuerpo Técnico y Plantel, primero por animarse a asumir este bravísimo desafío y luego por poner todo de sí mismos para alcanzar el objetivo.
Fueron escalando posiciones poco a poco, ganando la mayoría de los partidos contra los rivales directos, también derrotando nada menos que a Nacional jugando 60 minutos con inferioridad numérica, llevándose el triunfo de Jardines del Hipódromo, una cancha donde Rampla hacía muchísimo no ganaba... y si tuvieron que esforzarse hasta la última fecha fue porque los arbitrajes lo condicionaron. Contra todo y sin ayuda de nadie, lograron el objetivo trazado.
Las copas internacionales se juegan todos los años y si las cosas se siguen haciendo bien como este año, solo es cuestión de tiempo para que Rampla inicie su periplo continental.

Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com

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