Rampla 0 – Rampla 0: No supo ganarlo

 

El titular de esta nota no fue un error de escritura, porque en el clásico de la Villa hubo un solo equipo en la cancha y ese fue el rojiverde, que se trasladó hasta el Barrio La Paloma para enfrentar a su vecino más opuesto. Caminando llegó el grueso de la parcialidad de Rampla al escenario, tras salir caminando y sin custodia policial desde la Sede Social. Caminando y alentando pacíficamente, como es costumbre de los picapiedras, pese a las provocaciones verbales de cobardes hinchas rivales que insultaban y luego salían huyendo en sus motos o autos. Se nos dijo que hubo incidentes con la policía, que fiel a su costumbre, arremetió contra la gente de Rampla, en lugar de castigar a los que iniciaban las agresiones.
Ya en el escenario del Barrio La Paloma, nos encontramos con una pintada que decía “NO PASAR. PELIGRO DE DERRUBE” y más adelante lo mismo pero con la palabra “derrumbe” escrita correctamente. Llama la atención que Rampla no haya podido recibir el clásico en su Estadio Olímpico (el único escenario de la Villa del Cerro) por unos arreglos en un alambrado, mientras que el rival es local en un escenario que se puede derrumbar.

Fernando Araújo sorprendió a propios y extraños, colocando como titular a Julián Perujo, quien estaba anunciado como suplente, en lugar de Paul Dzeruvs quien parecía que tenía un puesto ganado desde el arranque. Sin dudas, la inclusión de Perujo se debe haber basado en la experiencia y la personalidad del ex capitán rojiverde, pero también con fines tácticos, ya que Julián le daba más marca en el mediocampo al equipo.
Los once que saltaron al campo fueron Lucero Álvarez en el arco; César Vargas, Javier Benia, Rodrigo Canossa y Jonathan Souza Motta; Bruno Barreto y Oscar Russo como volantes centrales; Julián Perujo, Mario Leguizamón y Rodrigo Rojo más adelantados; Ismael Espiga como único delantero neto.

Los rojiverdes pisaron fuerte en el partido de entrada. Copando el mediocampo, presionando al rival y ganando cada pelota dividida, lo cual incomodó a los rivales, que comenzaron a cometer faltas y acumular tarjetas amarillas. Así fue que ya a los 11 minutos, el lateral izquierdo del local se iba expulsado por doble amarilla, tras cometerle falta a Perujo cuando éste iniciaba el contragolpe. La falta de un hombre en sus filas fue la excusa perfecta que encontraron los locatarios para refugiarse en su campo, ante un Rampla que ya era superior 11 contra 11.

En los primeros minutos con superioridad numérica los rojiverdes encontraron espacios, especialmente por la banda izquierda, con las subidas de Souza Motta, los pases en profundidad de Leguizamón y los desbordes de Rojo. Rodrigo tuvo la primera, internándose en el área, pero demoró en rematar y su intento finalmente rebotó y se fue al córner. También hubo un buen remate de Leguizamón que pasó cerca. Sin embargo, poco a poco el local fue cubriendo sectores y cada vez fue más difícil para los picapiedras generar chances. Apenas tuvieron un cabezazo de Canossa tras un tiro de esquina que atajó bien el arquero.
A los 37´ minutos, luego de que el entrenador rival sacara a un volante ofensivo y colocara un defensa, Araújo no tardó en responder, haciendo ingresar a un delantero y sacando un defensor. Danilo Moreno Asprilla ingresó por César Vargas, bajando Julián Perujo al lateral derecho. Con los futbolistas locales haciendo tiempo en cada balón parado, se terminó la primera mitad.

Para el comienzo del Segundo Tiempo, Fernando Araújo puso a Richard Núñez en lugar de Leguizamón, quien no fue claro en la segunda mitad de la etapa inicial, perdiendo varias pelotas, y además estaba con tarjeta amarilla.
Los primeros minutos de Núñez fueron buenos, asociándose con Rojo por izquierda. Richard le puso una pelota de gol en la cabeza a Ismael Espiga, pero el calvo delantero cabeceó muy mal y afuera. Ese fue el detonante de una muy floja actuación de Espiga, que llevó a Araújo a sacarlo para poner a Maximiliano Brito.
A los 17´ del complemento, con Brito esperando para entrar, el colombiano Moreno Asprilla escapó de su marca, entró al área y fue trabado cuando intentaba rematar de zurda, quedando lesionado. Araújo paró el cambio, que era el último del que disponía, para esperar si Moreno Asprilla podía seguir. El colombiano volvió y Brito entró por Espiga. Sin embargo, a los pocos minutos, Danilo se mostró rengueando, como que no estaba para servir. Ya era tarde, ahora tendría que seguir jugando el partido lesionado porque no quedaban sustituciones. Tocó alguna pelota e incluso intentó correr, pero se notaba que le costaba muchísimo. Incluso tuvo un contragolpe mano a mano con un defensor, pero como no podía continuar intentó sorprender desde lejos, ante un arquero que estaba adelantado. La pelota se fue afuera y dos balones volvieron al campo, otra vez. Fue increíble la cantidad de veces que los locales hicieron tiempo tirando un segundo balón a la cancha. En cada saque de arco, el guardameta tenía 2 esféricos para sacar. Increíblemente, Prudente terminaría adicionando apenas 3 minutos.

Recién en el último cuarto de hora, aprovechando el desgaste de los picapiedras, los rivales se dignaron a cruzar el medio de la cancha, volcando el ataque especialmente para el sector donde estaba Perujo muy cansado por la falta de fútbol y Asprilla en una pierna. De todos modos, solo pisaron una vez el área y Lucero Álvarez se quedó con un tiro débil y a sus manos. Esa intervención y atajar un remate de media distancia fueron las únicas exigencias que tuvo Lucero en todo el partido.
La última del partido fue la más clara para Rampla y se dio faltando 9 minutos. Rojo recibió un córner corto de Núñez, tiró un centro perfecto y el cabezazo de Bruno Barreto pegó en el palo. Ese mismo palo que en el último clásico jugado allí salvó 2 veces la valla local. En el rebote, Benia la agarró con pierna cambiada y su puntazo pegó en la parte exterior de la red. No hubo otra igual y así se terminó el partido.

Como señalamos al principio, ante un rival que no propuso nada y que se dedicó únicamente a hacer pasar el tiempo, fueron las propias limitaciones de los rojiverdes las que les impidieron llevarse la victoria en el clásico, porque fueron el único equipo en la cancha.
La falta de gol es el mayor problema que debe solucionar Fernando Araújo en este momento, más teniendo en cuenta de que para quedarnos en primera tenemos que acostumbrarnos a ganar, y sin hacer goles es imposible. El equipo parece estar firme en la marca, con una destacada labor de Rodrigo Canosa y correctas actuaciones de quienes lo acompañan en función defensiva. Hay un toque de pelota prolijo en el mediocampo, con futbolistas con buen pie, y una intención permanente de jugar por las puntas y abrir la cancha. Lo que claramente falta es mayor generación de juego ofensivo, más sorpresa y profundidad, y también efectividad para convertir en los delanteros. Estos problemas ya se vieron en los últimos amistosos de pretemporada y en el Torneo Preparación, donde Rampla solo marcó 2 goles en 5 partidos.

Lo más complicado es que el tiempo apremia, y ya la próxima semana se viene Racing, una de las 4 finales que tenemos que ganar para quedarnos en primera, porque ante los rivales directos (Racing, Bella Vista, Rentistas y Cerrito) tenemos que sumar 3 puntos si o si. Ganando, la situación comienza a cambiar, anímica y futbolísticamente, y seguramente aquellas pelotas que hoy pegan en el palo, comiencen a entrar al arco. Ante Racing tenemos que lograr la primera victoria. Se nos acaba el tiempo, la precisamos para ayer.

Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com

Rampla Juniors