Al otro día del clásico de la Villa, recibimos la ingrata noticia de que la Comisión Directiva del rival de todas las horas había resuelto romper relaciones con nuestra institución. Es una noticia que no cayó bien, teniendo en cuenta que se trata de fútbol, de un deporte, y de una barriada que se divide antagónicamente el día del partido, pero que convive en comunidad el resto de los días del año. ¿Quién no tiene un amigo, un familiar, un colega, que es hincha de la otra institución? Las autoridades de los clubes tienen la responsabilidad de mantener el diálogo y promover el orden, junto con los organismos de seguridad por supuesto. Por tal motivo, las buenas relaciones institucionales, son fundamental para contener situaciones como éstas y evitar que pasen a mayores o incluso que vuelvan a ocurrir.
Ahora, cuando escuchamos las declaraciones del Presidente rival, realmente parece todo lo contrario. Primero que nada, agrediendo a la parcialidad de Rampla Juniors, adjetivándola con sinónimos de “cobardía”, hablando de que hubo hinchas que “salieron corriendo”, sin pruebas que respalden sus dichos, porque de la boca para afuera y detrás de un micrófono todos somos guapos. En fin, haya sucedido eso o no, y vaya uno a saber en qué condiciones (parciales picapiedras dicen que 4 hombres persiguieron en un auto a un botija hincha de Rampla, en ese caso, está claro que el cobarde no es el que corre), más allá de eso, el tono agresivo de las expresiones es muy desafortunado. En definitiva, las declaraciones del Presidente rival solo echan más leña al fuego, solo logran promover más violencia, pero bueno, de qué nos asombramos, viniendo de una institución con sobrados y comprobados antecedentes de violencia en el Fútbol Uruguayo. Nosotros, así como repudiamos la violencia, repudiamos también a todos los que la promueven.
Después se habló de roturas de baños en la tribuna que ocupó la gente de Rampla Juniors. Baños que por cierto promediando el partido no tenían agua, sea por desperfectos técnicos o porque la cortaron, vaya uno a saber, con una cantina que se quedó rápidmente sin bebidas para abastecer a una parcialidad que estuvo 2 o 3 horas al rayo del sol. No tenemos conocimiento de estos daños y por supuesto repudiamos ese hecho, en el caso de que se haya cometido. De todos modos, cabe señalar que cuando parciales de otros clubes rompieron esos mismos baños, este mismo club no tomó la misma enérgica respuesta.
Las agresiones a la sede del rival de turno también son repudiables, como lo son los constantes ataques que sufre la Sede Social de Rampla Juniors, y no solo en los días de clásico. El otro día, incluso, un grupo de “desconocidos” arrojaron bombas molotov que pudieron causar un grave incendio, de no ser por el rápido accionar de la gente de Rampla que allí se encontraba. Entonces, la respuesta a unas pintadas en el local propio terminó siendo el intento por incendiar las instalaciones de Rampla Juniors. ¡Vaya acto conciliador! Y todavía después tienen el descaro de “romper relaciones” con nuestro club, haciéndose las víctimas.
Hinchas picapiedras también denuncian las constantes agresiones verbales y con piedras que sufrió la caravana rojiverde, que iba caminando y sin custodia policial al Barrio La Paloma. Parciales rivales pasaban en autos o motos insultando y agrediendo (correr en moto también es correr, señor Presidente). La policía intervino y la cosa se puso peor. Hubo varios parciales de Rampla que llegaron con heridas al partido. Según el Presidente rival, el problema fue que la caravana ramplense fue por Grecia y no por Turquía como estaba acordado. Entonces, ¿hay que matarlos a todos porque caminaron 1 cuadra más arriba?. ¡Por favor!
En resumen, este es simplemente un texto que quien lo escribe, creía absolutamente necesario para aclarar ciertas cuestiones que, sea por deficiencias de comunicación de nuestro club o por falta de interés de parte de la prensa, no salieron a la luz. Esto no es un comunicado de prensa de Rampla Juniors, ni es la voz de la Comisión Directiva. Es la opinión de un hincha y colaborador del club (que no integra la Directiva), basada en su propia experiencia y en los comentarios recibidos del resto de los parciales picapiedras. Esperemos que todo esto se aclare y sirva para evitar futuros problemas. La violencia solo trae más violencia, y las autoridades tienen que hacerse responsables de sus dichos. Al final tienen un mail para comunicarse, si lo creen necesario, pero siempre con respeto y altura, como hacen los caballeros, como estamos acostumbrados desde siempre en Rampla Juniors.
Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com