Cada vez que comienza un torneo la ilusión se renueva y crece la expectativa de la parcialidad por volver a ver al equipo de sus amores en la cancha. Por tal motivo y pese al feriado de Carnaval, un buen marco de público estuvo presente para alentar a Rampla Juniors en su primera presentación oficial del 2012. Con Fernando Araujo ya confirmado como entrenador y varias incorporaciones, los rojiverdes iniciaban el duro camino hacia la permanencia en Primera División. Si bien parte de la hinchada ya reclamaba un triunfo el próximo domingo, en el clásico, antes estaba Defensor Sporting enfrente. Un duro rival, que en los últimos años ha sido casi imbatible para los picapiedras, y que además viene con más rodaje, producto de sus presentaciones en la Copa Libertadores.
La tarde comenzó con la curiosidad de que el inicio del partido debió postergarse 30 minutos por un problema con la indumentaria. Los visitantes trajeron camisetas blancas y Lucero Álvarez, el arquero de Rampla, también estaba con indumentaria de ese color. Por tal motivo debió esperarse que llegara la indumentaria violeta de los del Parque Rodó para comenzar el encuentro.

Antes del pitazo inicial, se realizó un homenaje a Aníbal Durán del Campo, figura dirigencial, ferviente hincha y autor de varias publicaciones sobre la historia de Rampla Juniors, desaparecido físicamente el año pasado.

La oncena titular presentada por Araujo para el debut fue con Lucero Álvarez en el arco; César Vargas, Javier Benia, Rodrigo Canossa y Jonathan Souza Motta en defensa; Óscar Russo y Bruno Barreto como volantes centrales; Danilo Moreno Asprilla por derecha, Mario Leguizamón por el centro y Rodrigo Rojo por izquierda; Ismael Espiga como referencia de área.

Rampla salió con todo, presionando en cada sector de la cancha e incomodando a los visitantes, generando chances de peligro. Al minuto ya se produjo una falta a Rojo al borde del área, Leguizamón le pegó en forma magistral y entre el arquero Irrazábal y el palo sacaron la pelota del ángulo.
Sobre los 6´ Russo metió un perfecto pase para Espiga, que eludió al arquero, cedió el balón atrás a Rojo y el remate de Rodrigo, sin arquero, no tuvo la potencia suficiente para evitar que Néstor Moiraghi la sacara justo en la línea de gol. Ya antes de los 10 minutos, Rampla merecía la ventaja.
Este trámite se mantuvo. A los 16´ Moreno Asprilla recibió la pelota sobre la derecha y remató cruzado, obligando a una buena atajada del guardameta violeta. Sobre los 26 minutos lo tuvo otra vez el colombiano, tras buena jugada con Leguizamón y Espiga. Picando esta vez por izquierda, el colombiano enganchó al medio y definió desviado ante la salida del arquero. Muchos gritaron gol porque la pelota pegó en la parte exterior de la red. Apenas 2 minutos después, Souza Motta robó el balón en una mala salida rival y lo cedió a Espiga, cuyo disparo se fue por arriba del palo.

Rampla era mucho más que su rival, creaba chances y no pasaba zozobras en defensa, hasta que a los 31 minutos, en la primera vez que Defensor pisó el área ramplense, llegó la apertura para los de la farola. Apareció Brahian Alemán totalmente solo y en muy dudosa posición, la pasó al medio y Callorda, cuerpeando a Barreto y antes del cruce de Benia, definió mordido y la pelota se metió contra el segundo palo de Lucero. Si bien dio toda la sensación de ser posición adelantada de Alemán, la retaguardia picapiedra estuvo lenta de reacción, esperando una sanción que nunca llegó.
Los rojiverdes sintieron el impacto anímico y ya no volvieron a ser los de antes. Apenas un remate lejano de Rojo y una media vuelta de Espiga que se fue muy arriba, fueron las únicas aproximaciones antes del final del Primer Tiempo.

En el complemento, la tónica parecía ser la misma del comienzo del partido: Rampla presionando en campo rival y metiendo a Defensor contra su arco. Así, ya a los 2 minutos, los picapiedras contaron con una serie de córners consecutivos, donde casi Souza Motta de cabeza y Leguizamón rematando desde fuera del área marcan el empate.
Sin embargo, con el paso de los minutos y pasado el sofocón inicial, los visitantes tomaron el dominio de la pelota, jugando con la desesperación ramplense. A los 12 minutos, Araújo puso a Richard Núñez por Russo, buscando mayor generación ofensiva. Lo cierto es que la variante no funcionó, porque Nuñez no anduvo fino en su juego y Barreto quedó como el único volante de marca en cancha, extrañando muchísimo a su compañero de lucha. Rampla perdió el control del mediocampo y se dedicó a correr tras el balón, ante un rival que además se mostraba más entero físicamente.
Luego ingresaron Paul Dzeruvs por Moreno Asprilla y el argentino Santiago Prim por Souza Motta, pasando Rojo al lateral izquierdo. Estas variantes tampoco dieron resultado, por el contrario, ya que Rodrigo se equivocó al bajar un balón y propició el contragolpe de Pintos, que eludió a Canossa en velocidad y marcó el segundo ante la salida de Lucero. A todo esto faltaban 10 minutos y el resultado quedó sentenciado.

Llegó el pitazo final de Fredy De Seja y se consumó una nueva derrota de Rampla Juniors ante Defensor Sporting, a quien no vence por Campeonatos Uruguayos desde 1986. Queda el trago amargo del resultado, de saber que los rojiverdes no solo no merecieron irse en desventaja en el primer tiempo, sino que debieron irse ganando al vestuario, lo cual hubiera cambiado la historia. Por otra parte, está la ilusión de que el rendimiento de ese primer tiempo fue alentador, basado en buenas figuras como Rodrigo Canossa, Óscar Russo y Mario Leguizamón.
De cualquier forma, lo que Rampla necesita son puntos, porque con merecimientos no nos vamos a quedar en Primera. Hay que comenzar a sumar ya, y lo que necesitamos más que nunca es una victoria en el clásico. Por aspectos anímicos y deportivos, ganar es la única opción en la visita al Barrio La Paloma. La parcialidad y el grupo se lo merecen, eso está claro, ahora hay que ir por ello y conseguirlo. Ya no es tiempo de lamentos, es tiempo de ganar.

Por Marcelo Baruffaldi – mbaruffaldi@ramplajuniors.com